Te lo pueden contar y explicar, pero no hay nada como vivirlo.
Esa emoción justo al momento de apagar la luz, en el que empiezas a inhalar y exhalar de una manera pausada y profunda. Ese momento en el que pones en pausa tu mente, que siempre está avanzando a mil por hora, y te concentras en algo tan sencillo como sentir el aire recorrer tu cuerpo al inhalar y exhalar. Tu cuerpo, ese vehículo tan increíble que te permite experimentar la vida en el plano físico, y que corresponde a ti, y nadie más que a ti cuidarlo. Lo vemos tan normal, tan cotidiano, que damos por hecho nuestro bienestar y nuestra salud en lugar de ser conscientes y cultivarla día con día … y en ese instante oscuro, lleno de expectativa inhalas y exhalas en la oscuridad, empiezas a sentir la música, y empiezas a reconocerte. A reconocer ese cuerpo físico tan maravilloso que te permite experimentar sentimientos, adrenalina, la vida, y reconocer también ese cuerpo etéreo cargado de sueños, ilusiones, miedos y emociones que te hacen único. Es el momento perfecto para reconocer cómo estás por dentro y por fuera, para estar presente, para estar contigo, para descubrirte aquí y ahora, para actuar, para moverte, para sentir, para soltar, para avanzar, para crecer, para evolucionar, para descubrir, para empujar, para ti. ¿Estás listo?
IG: @ferorci